¿Alguna vez has dicho “subir para arriba” o “bajar para abajo” y luego has soltado un “valga la redundancia”? No estás solo. Esta figura es parte de nuestra forma de hablar… aunque no siempre sean bienvenidas.
¿Qué significa redundancia?
Viene del latín redundantia. El significado de redundancia literalmente es “desbordamiento” o “exceso”. Aplicado al lenguaje, hace referencia a la repetición innecesaria de ideas, palabras o expresiones que no aportan nueva información.
Por ejemplo, decir “subir para arriba” es redundante porque el verbo “subir” ya implica dirección ascendente. Aunque puede usarse para enfatizar, lo habitual es que esta repetición sea innecesaria o poco elegante, especialmente en contextos formales.
Uso general en el lenguaje
En términos simples, es como repetir lo que ya se dijo, sin aportar nada nuevo. A veces se usa por error, otras veces de forma intencional para dar énfasis.
¿Qué significa “valga la redundancia”?
Es una expresión que usamos para reconocer, de forma educada o cómica, que acabamos de repetir una idea o palabra. Es como decir: “Sí, ya sé que lo repetí, pero tenía un motivo”. Sirve para suavizar una posible crítica gramatical.
Redundancia lingüística
Tipos de redundancia en el lenguaje
Intencional
A veces repetimos a propósito para enfatizar y salen oraciones con redundancia como:
“Lo vi con mis propios ojos”
Aquí queremos reforzar que realmente lo vimos.
Involuntaria
Sucede cuando repetimos por hábito o desconocimiento:
“Sube para arriba”
Aquí “para arriba” es innecesario, porque “sube” ya lo implica.
¿Redundancia o rebundancia?
¡Ojo! La forma correcta es redundancia, no “rebundancia”. Esta última ni siquiera existe en español estándar.
Repetición compulsiva de palabras y frases
Algunas personas repiten palabras sin notarlo. Esto puede volverse molesto o confuso. Ejemplo:
“O sea, o sea, básicamente, es como, o sea…”
Ejemplos de redundancia
Redundancias comunes en español
- “Subir para arriba”
- “Bajar para abajo”
- “Entrar adentro”
- “Salir afuera”
- “Hechos reales”
- “Opinión personal”
Frases que parecen correctas pero son redundantes
- “Panadería de pan”
- “Prever con antelación”
- “Cita previa anticipada”
- “Meta final”
Redundancia en la escritura académica
Escribir de forma académica no significa escribir complicado. Muchas veces, los textos universitarios pecan de redundantes, restando claridad y fuerza al mensaje.
¿Cuándo usar “valga la redundancia”?
Situaciones en las que es útil aclarar la repetición
Imagina que estás en una conversación rápida o informal, y usas una expresión que sabes que repite una idea:
“Lo vi con mis propios ojos, valga la redundancia.”
Aquí suavizas la repetición reconociéndola.
Cómo se interpreta en distintos contextos
En contextos informales suena natural. En textos formales, puede parecer innecesario. Siempre hay que considerar al público.
Uso correcto y elegante de la expresión
No abuses de ella. Si puedes evitarla, hazlo. Pero si no, y necesitas reforzar algo, úsala con confianza.
Redundancia en otros contextos
En informática
En informática, consiste en duplicar datos o sistemas para asegurar su disponibilidad y evitar pérdidas. Por ejemplo, se crean copias de seguridad o se usan configuraciones como RAID para proteger la información ante fallos.
También es común en servicios en la nube, donde los datos se replican en distintos servidores. Aquí, la redundancia no es un error, sino una medida clave de seguridad y continuidad operativa.
En ingeniería
En ingeniería, implica añadir componentes duplicados en sistemas críticos como puentes, aviones o plantas industriales. Estos elementos adicionales no son siempre necesarios en condiciones normales, pero están ahí como respaldo en caso de fallo.
Por ejemplo, un avión puede tener varios sistemas hidráulicos o eléctricos independientes. Si uno falla, otro entra en funcionamiento. Así, la redundancia se convierte en una estrategia de seguridad vital, no en un error de diseño.
En la comunicación
En comunicación, consiste en añadir señales extra al mensaje para garantizar que se entienda correctamente, incluso si hay interferencias o ruido. Es como un “doble chequeo” automático.
Por ejemplo, en las telecomunicaciones, se utilizan códigos de detección y corrección de errores que repiten cierta información clave. Así, si parte del mensaje se pierde o daña, el sistema puede reconstruirlo o corregirlo. En este caso, redundar es sinónimo de fiabilidad.
Consejos para evitar la redundancia
Leer en voz alta
Escuchar tus palabras te ayuda a notar repeticiones incómodas.
Revisar y editar textos
Nunca publiques o entregues lo primero que escribes. Revisa con lupa.
Ampliar el vocabulario
Conocer sinónimos y nuevas expresiones ayuda a evitar repeticiones innecesarias.
Herramientas para detectar redundancias
Apps como Correcto pueden ayudarte a identificar repeticiones y sugerir alternativas más elegantes.
Conclusión
La redundancia, como muchas cosas en la vida, no es ni buena ni mala en sí misma, todo depende del contexto. En el lenguaje, puede resultar molesta o innecesaria si se usa por descuido. También puede ser útil para enfatizar o aclarar una idea si se maneja con intención.
Expresiones como “valga la redundancia” sirven para reconocer con humor o cortesía que hemos repetido algo, aunque no deberían convertirse en una muletilla constante. En otras áreas como la informática, la ingeniería o las telecomunicaciones, no solo es aceptada, sino esencial para evitar fallos y garantizar la seguridad.
En definitiva, usar las palabras con cuidado y ser consciente de su impacto es la clave. En comunicación, menos suele ser más, y la claridad y precisión siempre llevarán la delantera.